Fga. Patricia cedeño O. Est. Doctorado en Comunicación Uniclau Laude International
Según el Dr. RM. Sánchez 2021, la asertividad es aquella conducta que permite a un individuo trasmitir adecuadamente a otros y a sí mismo sus opiniones, ideas y sentimientos, ya sean estos positivos o negativos. Esto, con el fin de mantener sus intereses y objetivos, respetando en el proceso los derechos de los demás.
Siendo así, la asertividad implica una responsabilidad sobre uno mismo y sobre el otro para llegar a la efectividad. No podemos ser agresivos ni pasivos. Con la agresividad sobrepasamos los derechos del otro; mientras que con la pasividad transgredió mis derechos mis opiniones lo que yo en un momento dado pretendo.
Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo. Sólo por eso, sólo por el propio respeto que te tengas, inspirarás a los otros a respetarte. (Fedor Dostoievski)
Siendo así, la asertividad implica una responsabilidad sobre uno mismo y sobre el otro para llegar a la efectividad. No podemos ser agresivos ni pasivos. Con la agresividad sobrepasamos los derechos del otro; mientras que con la pasividad transgredió mis derechos mis opiniones lo que yo en un momento dado pretendo.
Así entonces, nosotros tenemos que diferenciar la conducta agresiva de la conducta pasiva y el punto real donde tenemos que estar es en la conducta asertiva. Indiscutiblemente el hablar de asertividad implica el dominio de la inteligencia emocional, esto implica dos espacios lo interpersonal y lo intrapersonal. Cuando se tiene una conducta se enfrentan dentro del mismo ser dos fuerzas. Unas fuerzas excitatorias que orientan a la acción y unas fuerzas inhibitorias que vinculan a la represión de las emociones, siendo esta última como una gran olla a presión que guarda y guarda hasta que explota, aumentando la ansiedad y llevando a situaciones caóticas.
La conducta asertiva nos permite transformar construir, reformar, entrenarla y replantear periódicamente que se puede realizar ante una situación determinada. Por lo que se puede modificar, reprogramar, mejorar y llegar a ser asertiva. Así como, también generar nuevos espacios entrenamientos donde se pueda tener un gran dominio de lo que se quiere comunicar. Por eso se hace necesario revisar los derechos humanos de la asertividad.
Para poderla lograr se debe aprender a manejar la crítica, negociar, persistir y sobre todo tener una comunicación positiva. Se hace especial ver cómo la gente confunde la agresividad con asertividad. Realmente lograr contar algo que se quiere, se piensa o se desea con agresividad, no es asertividad. Cuando se quiere que el otro piense lo que yo quiero se llama manipulación, y es allí cuando se le falta al respeto a sus principios y a sus necesidades y así mismo es, cuando se logra que las cosas se salgan de las manos de un momento a otro.
En cuanto al proceso comunicativo es importante que se entienda que la asertividad nos permite saber qué, cómo, cuándo y de qué manera hacemos o comunicamos lo que deseamos comunicar. Así entonces como habilidad social como conducta nos permite entender que puede ser adquirida y puede entrenarse y el entrenamiento requiere de una serie de aspectos que son importantes de resaltar porque nos llevan a conocernos y a permitirnos una relación con otros.
Según Sánchez 2014, nosotros existen dos tipos de beneficios: unos interpersonales y otros intrapersonales. Los intrapersonales incluyen el autocontrol, la autoestima y el autoconocimiento, básico para formar el yo. Y del otro lado tenemos los interpersonales que logran a través de puntos tan sencillos como el respeto, la responsabilidad sobre lo que yo pienso, lo que yo hago y lo que yo digo, y la reciprocidad encontrar una excelente relación con el otro.
Así entonces, en la medida que se logra una buena relación con el otro, se obtiene un equilibrio: “Mis derechos van hasta dónde van tus derechos, así de sencillo. El ser humano es una composición que requiere un mutuo respeto, mutuo cariño y un mutuo amor por el otro. Por lo que se hace necesario reconocer las dimensiones de la asertividad.
La asertividad social como habilidad incluye la defensa de los derechos, la independencia y obviamente el liderazgo. Hay algo que hay que dejar en claro: Ser asertivo no implica que la otra persona debe pensar igual, que su conocimiento y sentimientos deben ser iguales al mío. Todo lo contrario, la asertividad depende del contexto, de la capacidad que tenga cada persona para encontrar sus espacios, para poder entender lo que está sucediendo y de la misma forma ser asertiva.
Existen diferentes tipos de asertividad donde es importante que se revisen cada una de las características principales:
En primer lugar se encuentra la básica: en ella simplemente damos a conocer nuestra opinión, una forma de decir lo que somos a partir de lo que pensamos. Segundo, la empática, que como su nombre lo dice es ponerse en los zapatos del otro. Tercero, la escalonada, que conlleva el ir manejando gradualmente nuestra postura asertiva. Cuarto, la de confrontación, donde se aclara un concepto que puede ser mal interpretado, mal recibido de parte de la persona que nos está escuchando, así como, la que nosotros escuchamos. Quinto, la selección subjetiva la del lenguaje y del yo, que nos permite mostrar realmente nuestros sentimientos, incluyendo los sentimientos negativos de manera que permita llegar adecuadamente el mensaje.
Pero cómo entrenar esta asertividad? La asertividad requiere que se entienda que hay una situación que estudiar, que puede incluir algunos problemas o características que pueden ser discutidas y analizadas, escribir un guión y evitar la manipulación.
Dentro de las principales estrategias para entrenar la selectividad tenemos: El lenguaje corporal, diálogos interiores, técnicas basadas en el manejo de las críticas, técnicas basadas en la persistencia, técnicas basadas en la negociación y técnicas basadas en la comunicación positiva. Todas ellas desarrolladas dentro de lo que significa mantener un buen acercamiento hacia el otro con un respeto y una responsabilidad sobre lo que estamos diciendo y haciendo.
Ahora, para desarrollar estas actividades es necesario que se analice que no se puede simplemente definir una situación no asertiva, si no que esta se debe haber analizado y entendido. Definir que fue lo que desencadenó la situación, entender el por qué y cómo se produjo y el realmente como me llevó a sentirme ese tipo de reacción.
El respeto para el otro es algo demasiado importante que conlleva una serie de aspectos en los cuales el ser empático es parte de lo que se necesita entender, pero también respetando lo que yo hago y lo que yo siento.
Trasladando un poco esto al ejercicio profesional la relación con la persona que nos consulta a veces suele hacerse complicada porque no se tiene la asertividad para explicar lo que está sucediendo con el paciente, las características de lo que le aqueja, las consecuencias de lo que puede llegar a pasar si se hace o no se hace un determinado tipo de tratamiento, etc. El diálogo con el paciente es algo muy importante, pero también lo es el diálogo con el colega del aérea que en algunas oportunidades es aún más difícil en muchas oportunidades para lograr hacerle entender la importancia la relevancia de lo que nosotros en un momento dado estamos diciendo. Igualmente basados en el respeto, se puede acceder a la otra persona, siempre teniendo en cuenta las características de su ser, teniendo en cuenta esa parte empática “del ponerme en sus en sus zapatos”, recordando que puede estar en una situación igual o un poco más complicada que la nuestra y que hay que tratar de ser lo más solidario posible.
Por eso es importante diferenciar lo que es agresividad de asertividad, encontrar que el otro puede estar en condiciones en las que requiera apoyo, que la realidad es una y que las disculpas la ansiedad y algunas ideas locas o fuera de contexto nos van a llevar a cometer muchos errores.
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